top of page
Buscar

Tenacidad

Tengo que hablar de tenacidad y casi no escribo este texto. En general, con esto puntualmente, soy muy aplicada: escribo con una semana de anticipación o al inicio de la semana para no llegar sobre la hora y por lo tanto demorar a todo el resto que mira, corrige y arma después.

Es que muchas veces pasa eso, te toca el tema el día en que menos determinación tenés. O te toca salir en el momento en que justo estás sentada en tu casa confortable, a tus anchas y con ganas de quedarte para siempre.


Entonces quiero decir algunas cosas sobre este asunto: la tenacidad no está sujeta a lo circunstancial, aunque si el contexto ayuda siempre es bienvenido. Tenacidad es cuando, aun en situaciones desfavorables o favorables para otra cosa, decidimos escribir (si eso es lo que nos tocaba hacer), entrenar, salir, sostener una técnica o cualquier otra cosa.


Entonces, ¿qué cosas pueden activar ese mecanismo al que llamamos tenacidad? En mi opinión, mirar un poco más allá de ese momento en que no nos queremos mover de donde estamos o queremos salir corriendo, y ver qué pasa un poco después: qué pasa si decidimos, más allá de lo circunstancial que nos dice no, ir por el sí. Nos da pereza hacer algo, pero al mirar un poco más allá de lo inmediato sabemos que, si lo hacemos, vamos a estar mucho más felices que si desistimos.


Y algo más: la tenacidad se nutre en algo que nos da satisfacción, que nos da ganas más allá del momento. Es interesante detectar en cada caso cuál es esa raíz, la raíz de nuestras ganas, y tenerlo en cuenta cuando parezca que no hay nada que nos mueva del sillón.


Y antes de retirarme quiero decir que la que aquí escribe ama la tenacidad pero también la vagancia, y que una cosa no quita la otra. De hecho, muchas veces se disfrutan más ambas posibilidades cuando se ejerce cada una en el momento adecuado.


Les dejo una clase para aplicar la tenacidad. Y una descontracción, que aunque no sea vagancia, es una técnica muy disfrutable.

 
 
 

Comentários


bottom of page