Durante la práctica utilizamos el tiempo de una manera hermosa: llevamos el cuerpo hasta una posición y permanecemos lo más inmóviles posible. Pasan muchas cosas y unx es el únicx espectadxr de lo que sucede adentro, es un momento de preciosa intimidad. Generalmente al exhalar el cuerpo se relaja, y la sensación, que para algunxs es muy placentera, para otrxs puede generar un poco de ansiedad.
💫Siempre me encantó trabajar la flexibilidad, porque nuestra vida diaria nos pide ser fuertes: para salir de la cama ya hay que ser fuerte, y después sigue un día lleno de exigencias, ante las que necesitamos estar a la altura. Pero muy pocas obligaciones nos exigen ser flexibles, aunque todo sería más fácil si lo fuéramos. La gente vive quejándose de que siente rígido el cuerpo y me pregunto cómo tendría que ser el mundo para que no fuera así, para que la máxima efectividad no se basara en la especialización y en la repetición. Nosotrxs no trabajamos realizando repeticiones; afortunadamente, la forma más efectiva que tenemos para volvernos más flexibles es permanecer en determinadas posiciones. Nos vamos integrando con el cuerpo, y naturalmente esta flexibilidad se vuelca sobre nuestras estructuras emocionales y mentales, que tienen una base en lo físico, en lo biológico.
⛅Mientras escribía esto las nubes seguían jugando allá arriba, mostrándose sin importarles nada, como también lo hacen mis gatas mientras se lamen. Como escribí antes, las nubes parecen cómodas y me llevan a la reflexión sobre la comodidad con uno mismo. Creo que el trabajo para volverse más flexible es fundamental en la vida. Tanto como mirar las nubes, tanto como jugar con los animales.
✍🏽Fragmento de nuestro mail semanal escrito por @brriel .