🤨Cuando queremos sostener algo en el tiempo (digamos, en este caso, mantener una idea para poder aplicarla), a veces generamos tensión innecesaria en el cuerpo, como si con toda esa fuerza pudiéramos asegurar que no se nos escape aquello que queremos mantener. Quizás fruncimos el entrecejo y tensamos distintas partes del cuerpo, sin pensar que así se dispersa nuestra energía.
🙃 Si toda la atención es necesaria para algo --en este caso, sostener una idea--, cuanto menos energía utilice el resto del cuerpo, mejor. Es decir, cuanto más relajado esté, mejor. Para evitar muecas y esfuerzos innecesarios, podemos entrenar la manera en que reacciona el organismo ante un desafío. Una de las formas más concretas que entrenamos en nuestra escuela consiste en sostener una técnica corporal que requiere un esfuerzo considerable. Ante la intensidad exigida por la técnica, buscamos reaccionar relajando el semblante y cualquier músculo que no participe directamente de los requerimientos del ejercicio. Así tendremos mayor capacidad para administrar nuestra fuerza en el tiempo.
🤗 Además, de esta forma podremos utilizar nuestra energía para concentrarnos en lo que estamos haciendo y lo que queremos lograr. Sumando concentración e intención en lo que hacemos, potenciamos los resultados.
😺De la misma manera es posible enfrentar cualquier desafío. Si, por ejemplo, estamos trabajando y tenemos que sostener una idea o simplemente un estado de concentración, lo ideal es que el cuerpo adopte la mejor posición, con una tensión mínima y una buena respiración, y que todos nuestros recursos se apliquen a generar más presencia en esa tarea.
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