🐳 Después de un esfuerzo grande siempre busco tener algún momento de descanso, para que mi cuerpo asimile lo que hice y pueda recuperarse y seguir. Me es muy simple aplicarlo luego de un entrenamiento, cuando los músculos se sienten. Más difícil se me hace identificar la necesidad de descanso si el trabajo no fue puntual sino sostenido en el tiempo. Si mi cuerpo fue exigido durante una semana, o más tiempo, quizás le venga bien tener un par de días más de descanso, para recuperarse del todo.
🥣 Esta misma necesidad se da en varios niveles: físico, emocional, mental. En este caso quiero enfocarme en la alimentación.
💪🏻 A veces le generamos al organismo una exigencia que quizás no sea tan palpable en el momento, pero que se hace sentir a la larga. Vamos ingiriendo algunos alimentos que precisan más tiempo de digestión y, antes de que puedan ser completamente procesados, sin dar tregua al sistema digestivo, volvemos a comer.
📈La forma más simple de dar ese descanso al organismo es tener un período (corto, de un día a una semana como máximo) en que seleccionemos alimentos que no le den trabajo de más. Consumir alimentos leves pero llenos de energía, que nos dejen una sensación de mayor vitalidad todo el tiempo. Que en esos días el organismo no trabaje horas extra sino que tenga el suficiente descanso como para estar mucho mejor.
🎉Lo ideal es hacer esto sin comprometer la felicidad, eligiendo alimentos que sean leves pero que nos llenen emocionalmente. En este proceso también es interesante ver qué condicionamientos están latentes en la alimentación que adoptamos y cómo actúan sobre nuestro día. Ver si, por ejemplo, no tomar un café por la mañana o evitar las harinas nos desestabiliza.
👀Podemos observar qué alimentos tienen una gran influencia emocional, y elegir si queremos que esto se mantenga o no.
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