Fuimos educadxs para pensar todo el tiempo, pensamientos que a veces son constructivos y otras veces pueden ser ruido. Es en ese momento donde la capacidad de foco o concentración queda obstaculizada por la invasión de torbellinos mentales o ideas fijas.
Te proponemos entrenar para aquietar los pensamientos. Así, en la medida que ese remolino se empiece a calmar, los pensamientos que en ese momento están de más, desaparecerán, dejando a flote aquello acorde al momento presente.
Aprender a parar de pensar, a no desarrollar todo pensamiento que aparece, le da un descanso a nuestra mente, que así puede habilitar otra vía de acceso al conocimiento.
Aquí va un ejercicio para que entrenes:
Sentate en una posición que te sea cómoda; puede ser en el suelo con las piernas cruzadas o en un sillón o silla. Lo importante es que puedas mantener la espalda bien derecha, para que, aunque tengas los ojos cerrados (es la idea para que logres concentrarte más), te mantengas despiertx y no te tiente caer en el sueño
Colocá un objeto frente tuyo. Cuan
tas menos asociaciones puedas elaborar sobre ese objeto mejor. Puede ser una vela, una flor, la imagen de un sol o el video de una fogata, por ejemplo.
Mantené la mirada fija en esa imagen/objeto, tratando de no pensar en nada más. Si aparece un pensamiento, deja que siga de largo, no lo desarrolles.
-Intentá cerrar los ojos manteniendo el foco en ese objeto, imaginándolo. Cada vez que te dispersas, volvés a abrir los ojos, a fijarla mirada e intentá nuevamente cerrar los ojos, manteniendo la atención en ese único pensamiento, la imagén o el objeto que tengas frente a vos.
Podés hacer esto varios días y tener como desafío aumentar el tiempo de entrenamiento día a día o semana a semana.
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