🔍 Cuando encaramos algo nuevo, hay dos cosas indispensables al evaluar si nos estamos acercando a lo que queremos: haberle dedicado tiempo y haber sido constantes.
⏰ Generalmente, modificar un statu quo que venimos sosteniendo, ya sea por medio de una incorporación o por la alteración de algo existente, requiere tiempo. Tiempo en el cual hacemos, tiempo en el cual eso nuevo se instala, tiempo para que pase a formar parte de nosotrxs o de nuestra rutina. Ese tiempo que le/nos damos permite que el cambio se haga de forma amable, armónica y asimilable. Según lo que nos estemos proponiendo, es un tiempo variable.
💪🏽 Si el objetivo es conquistar alguna técnica corporal que nos resulta desafiante porque requiere más fuerza que la que en ese momento tenemos, o mayor flexibilidad, o mucha concentración ya que tiene pocos puntos de apoyo, habrá que dedicar tiempo a entrenarla. Comenzar, a veces, es lo más difícil; al pasar esa barrera, todo lo que vamos conquistando se acumula. Y los siguientes puntos bisagra, cada vez que logramos superarlos, nos potencian, nos dan un empujón para seguir.
✏️ El primer día seguramente cuesta bastante: notamos una gran distancia entre el punto de partida y la meta. Si mantenemos el mismo tiempo de entrenamiento, probablemente pasada una semana la técnica no nos resulte tan desafiante. A la semana de eso ya vamos a querer hacer algún cambio para seguir superándonos. Esa constancia de sostener la propuesta es la clave. A su vez, saber que fue algo decidido, algo deseado y no impuesto. Aquí entra en juego la disciplina. Aquella que muchas veces está teñida por palabras más pesadas, como “obligación”, algo rígido que viene desde afuera.
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