¿Emociones negativas?

🌊 Hay veces que la oscuridad nos da miedo y hay veces que es fascinante y atractiva. La noche puede ser mágica o aterradora. El mar puede resultarnos inspirador o darnos un susto tremendo. Lo mismo pasa con nuestras emociones, algunas nos llenan de energía y otras nos intoxican y generan malestar y dolor de cabeza.

🌪️ Hay veces que es una cuestión de caudal. Incluso el exceso de alegría o entusiasmo puede intoxicarnos o no darnos espacio para escuchar a otra persona, porque no podemos dejar de pensar en aquello que nos obsesiona. Y a veces la tristeza o la rabia pueden ser motores de aprendizaje o cambio.

✏️ Entonces, a veces puede ser una cuestión de dosis. Y no es que la emoción sea positiva o negativa, sino que es un tema de caudal. El caudal transforma la rabia realizadora en ira destructiva, el entusiasmo inspirador en egocentrismo recalcitrante, el cuidado por la otra persona en posesividad y control.

🔍 Se trata entonces de, en la medida de lo posible, regular la dosis. Y de saber que del odio al amor hay un salto enorme, siendo dos sentimientos de naturaleza distinta. Pero entre el odio y la rabia es una cuestión de cantidad, y tal vez eso sea regulable.

👁️ A veces, entonces, se trata de buscar, en lugar del sentimiento opuesto, el adyacente, el más cercano al que estoy vivenciando pero que me dé la posibilidad de darle una vuelta de rosca a las cosas, de transitar la emoción de una manera en que me sienta al menos un poquito más a mis anchas.

🐚 Y después, cuando ya no esté en medio de esos sentires, podré preguntarme qué emociones quiero cultivar, qué cualidades quiero que me acompañen más en mi vida cotidiana. Y ahí sí, empezar a darles cabida, alimentarlas, reconocerlas en otras personas, identificar las cosas que las despiertan.

👀 En definitiva, en el momento de la emoción, buscar la próxima, la adyacente, más amable. Y en la vida diaria cultivar aquello que queremos que nos componga. Hacer de quienes somos un terreno fértil para eso y, a la vez, un lugar estable para poder transitar los distintos momentos de la vida.