top of page
Buscar

El supuesto punto de no retorno

Hay muchas formas de ampliar la conciencia y conocernos más. Una de las que enseñamos es a través del entrenamiento de técnicas que abarcan desde la destreza física —en fuerza y flexibilidad— hasta la respiración y su vínculo con las emociones y la concentración. Nuestra propuesta implica, además, que ese entrenamiento sea amable: desafiante pero cuidado, progresivo pero asimilable. Que podamos avanzar a través del placer, esforzándonos sin forzar.

Estos y otros matices están implícitos en nuestra manera de practicar y de enseñar. Al principio todo es novedoso, pero pronto se incorpora como una nueva perspectiva, una forma distinta de observar el mundo que nos rodea y de interactuar con él.


Así comenzamos a conocernos más, a desarrollar mayor conciencia sobre aquello que nos compone. Por ejemplo, al realizar una técnica de fuerza, muchas veces sentimos que los músculos ya no dan más. Pensamos: “hasta acá llego”.


Pero si en ese punto decidimos continuar un poco más, aplicando todas las herramientas que fuimos aprendiendo, podemos correr ese límite aparente y prolongar la permanencia.


Al atravesar ese supuesto punto de no retorno, se libera una energía extra que nos permite continuar y, además, la próxima vez que repitamos la técnica, ese umbral ya habrá cambiado. No solo eso: también registramos internamente que ese límite es flexible y que, con entrenamiento, podemos extenderlo. Esto nos permite permanecer más tiempo y vivir la técnica con mayor profundidad.


Esta capacidad de flexibilizar los límites también puede trasladarse al plano emocional y al mental. Mantener un esfuerzo sostenido, cerca de los bordes, hace que el rendimiento sea óptimo y que sigamos avanzando de forma continua, siempre desde una experiencia agradable.

 
 
 

Comments


bottom of page