🤫 La semana pasada hablamos sobre las palabras. Y las palabras inevitablemente me llevaron al sonido, y el sonido al silencio. Decidí entonces, esta semana, hablar del silencio, pero me pasó que hablar del silencio es, casi siempre, hablar del sonido o los ruidos que lo interrumpen.
📝 Nota 1: cuando volví de mi viaje a Bariloche, de visitar ese paisaje mágico y esa escuela hermosa del Método DeRose que hay ahí, lo que más me incomodó de la ciudad no fueron los edificios, el asfalto, el hollín, sino el ruido. No paraba de sobresaltarme con los bocinazos, los gritos, las frenadas, la música random que irrumpía y se quedaba poblándolo todo. Cómo te extrañé, silencio.
✒️ Nota 2: hace un tiempo leí un poema o un texto o algo que no logro recordar del todo, donde se decía que no eran las conversaciones las que definían la profundidad de un vínculo sino los momentos de silencio. Cuando ya podés estar calladx con alguien y sentirte a tus anchas.
🖊️ Nota 3: hay una charla genial que da Nazareth Castellanos en el Museo del Prado, donde se refiere al olfato. Una de las cosas que más me sorprenden de lo que dice es que el sentido del olfato compite con el habla: cada vez que olemos un perfume, el habla se retrae. Al decirlo, ella se sonríe como si estuviera revelando un secreto, y agrega que esto no ocurre solo en el habla en el sentido de la voz, sino también del ruido mental. Cuando olemos, nuestros pensamientos se callan.
🗒️ Nota 4: hoy es domingo y podría decir que, de los días de la semana, es el más silencioso. Y de los domingos, en especial las mañanas, y más aún si están nubladas. Estoy disfrutando de no escuchar casi ningún ruido más que el de mis deditos en las teclas, un zumbido suave en mi oído izquierdo, cada tanto la puerta del ascensor o un ladrido en la lejanía.
📝 Nota 5: el ruido me cansa. La música muy fuerte fuera de contexto. Demasiado tiempo en conversaciones estruendosas. La tensión sonora en la ciudad. El griterío, la escalada, la competencia por ocupar más espacio auditivo.
✏️ Nota 6: cuando estuve en el sur, no noté el silencio especialmente. Noté el contraste al estar en Buenos Aires, en el ruido. Siento que el ruido es algo a lo que nos acostumbramos, el ruido de afuera y el ruido mental. Y que, de alguna manera, es en el contraste que nos damos cuenta de ese desgaste que nos genera, es cuando sabemos que existe la posibilidad de un poco más de silencio. Lo mismo pasa con nuestra cabeza y sus propios murmullos (o estruendos).
🐚 Nota 7: practicar concentración y meditación es una manera de generar más silencio, de acallar los pensamientos, de detenerlos en algo. El silencio es un espacio por descubrir.
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