👩🏽🍳 Estoy hace un par de horas sentada frente a la compu con un delantal de cocina puesto. También almorcé con el delantal y, claro está, cociné con el delantal, o sea que pasó a ser parte de mi indumentaria de hoy.
🥑 Estamos entrando en la última semana del mes (media semana, en realidad). Todo este mes hablamos de la comida, de sus hábitos, sus gracias, sus posibilidades. Toca pensar un poco en nuestros condicionamientos. Gran tema para estos seres tan condicionados que somos. Y justamente por eso me parece divertido, incluso necesario, que en algunos ámbitos se entrene cómo generar cada tanto modificaciones de recorrido, de rutina, de comida, de pensamiento.
📖 Sobre la comida, hábitos serían: qué comemos, cómo comemos, cuándo comemos, cuánto comemos, qué hacemos mientras comemos, dónde compramos los alimentos, en qué recipiente cocinamos, cómo condimentamos…, y la lista sigue, infinita. ¿Hay algo de esto que tengas ganas de revisar en especial?
🍓 Entre las tantas cosas que me gustan de elegir comer lo que cada estación propone está el hecho de que no voy a ser yo la que decida, ni mis hábitos los que necesariamente se impongan. Habrá que esperar, por ejemplo, la temporada de frutillas para sentir su perfume, saborearlas, transformarlas en mermelada o en tortas.
👀 Me preguntaba si el hecho de que en ciertos ámbitos muchas veces hagamos que las cosas se adapten a nosotrxs no nos llevará a perder capacidad de adaptación y, más aún, a estar cada vez más condicionadxs por nuestras propias cómodas decisiones.
💪🏽 En fin, cambiar un condicionamiento requiere esfuerzo. Hoy ni me pude sacar el delantal. Pero sé que hay días en que sí puedo. Y pegar una maniobrada en un hábito caduco da casi tanto gusto como el perfume de las frutillas cuando llega esta época del año.
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