Concentración en un único objeto
- DeROSE Method Belgrano
- hace 3 días
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Este agosto venimos pensando el asunto de la concentración, desde la tendencia a la dispersión, hasta la capacidad de generar el hábito de enfocarnos. Hoy nos toca encarar de alguna manera cómo construir un entrenamiento de concentración. No me refiero a entrenar la capacidad de foco en general, por ejemplo durante una conversación, una clase o una reunión específica, sino entrenar la concentración en sí misma, no para otra cosa sino para desarrollar ese potencial. Aunque después podamos conversar acerca de las cosas que nos trae esa habilidad.
Entonces, vamos a poner las manos en la masa, la cabeza en eje, el pensamiento en un único lugar:
Construir contexto: cuando volví de mi viaje a San Martín de los Andes, para lograr seguir con mi hábito de escribir, traté de reproducir, en mi casa en plena ciudad, alguito de mi escritorio de los sures argentinos. Me di cuenta de que en mi pieza el sol entraba por la ventana a la mañana y que se veía la Santa Rita enorme de la vecina y sus pajaritos. Decidí poner un mini escritorio ahí, donde sólo escribiría mi ensayo o poemas, pero no iba a trabajar en otras cosas. Le creé un lugar a la escritura. Hay cosas que precisan un lugar para existir, o al menos hasta instalarse en la rutina. Eso pasa con el ejercicio de concentración. Por eso sugiero buscarle ese espacio en casa, un lugar que nos convoque a eso, que cuando pasemos nos lo recuerde, y donde podamos entrenar. No precisa ser un cuarto entero, puede ser un lugar en el cuarto, pero siempre el mismo.
Disponer de energía: entrenar concentración requiere vitalidad, tanta que buscamos que el cuerpo se quede quieto, usando la mínima energía indispensable, pero con total lucidez (de ahí la posición sentada y no acostada). Tanta, que buscamos que las emociones se estabilicen, y que toda la vitalidad disponible se enfoque en una única cosa. Por eso el entrenamiento de concentración es la última parte de la práctica: toda la nafta que cargamos a lo largo de nuestras clases la vertemos en esa instancia final. Cuando entrenamos concentración de manera aislada, es interesante igual tener en cuenta que requiere mucha mucha energía, e implica una actitud corporal y emocional que responda a esa necesidad.
Generar disposición: por qué nos habríamos de sentar inmóviles, con emociones y pensamientos estables, a entrenar concentración. Por muchas cosas, pero hoy quiero poner énfasis en una: por gusto. Solo que el gusto se desarrolla, como lo hacemos con el mate, algunas comidas, la música o el arte en general. Es importante entonces cultivar esa disposición al entrenamiento de concentración, lo que el profesor DeRose menciona como: un leve aire de sonrisa, que nos acompaña en el entrenamiento. Como quien hace un pequeño guiño a la técnica, como diciendo estoy para esto, no sé todavía bien de qué se trata, pero bienvenido.
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