🦊 Sentarme en la silla hamaca, tapada con una mantita, mirando la tarde, arropada. Cuánta fuerza hay que hacer a veces para salir, para activar, para moverse, para poner las cosas en marcha. Para ponernos en marcha.
🐻 Sigo inmóvil. Más cerca de entregarme al sueño. De no hacer nada, de ser un animalito humano, apacible, sin ansias.
💫 Por unos segundos me veo desde afuera. Siento una cierta ternura. Un ser vivo, mortal, tibio, adormecido. Siendo quieta ahí sin hacer nada.
🙃 Comprender sin dominar. Qué gran estado. La mente adormilada no interviene tanto en el disfrute, no trata de hacer algo con eso, con lo que percibe, solo mira y un dejo de sonrisa somnolienta llega a la boca.
🐚 A veces, cuando practico permanencia en una técnica corporal, siento un estado parecido, un calor amable, la mente levemente retirada pero no por eso menos lúcida; no queriendo decidir pero sí habitando el cuerpo, sorprendida con sus recovecos y posibilidades.
✨ Comprender sin dominar. Y lo dejo rebotando. Como si quisiera que eso me ocurra más seguido, una comprensión desinteresada. Una lucidez sin objetivo. Un contacto más directo con las cosas porque sí y no para algo.
⚡️Hay un estado, que es el estado de ásana, nombre de las técnicas corporales; es una especie de ensamblaje de cuerpo, emoción, pensamiento, intuición. Cuando ya las cosas no forcejean. Comprensión sin dominio, pienso en mi silla de hamaca, pero me gana el sueño.
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