The Five Obstructions es una película de Lars von Trier, en la cual le propuso al director del cortometraje The Perfect Human, Jørgen Leth, realizar cinco nuevas versiones de su propio corto. Cada una de las cinco nuevas versiones debía estar sometida a ciertas reglas y condiciones que Lars von Trier le impuso a Jørgen Leth.
Esas dificultades que formaban parte de las reglas del juego, dieron lugar a un despliegue de recursos técnicos y estéticos increíbles generando nuevas versiones que hubiesen sido impensables sin los pedidos peculiares de Lars von Trier. También nos posicionan, tanto a Leth como a lxs espectadores, todo el tiempo, ante un escenario en el que se ponen de manifiesto barreras que rondan el terreno de lo ético y lo filosófico. La película es hermosa pero genera incomodidad.
Hoy en día en que la innovación es un valor, las obstrucciones son barreras que todo el tiempo son derribadas o directamente rotas.
Con internet y el celular se nos ha facilitado el acceso a la información, estamos todo el tiempo en comunicación con amigxs, familiares y compañerxs de trabajo. Es innegable la comodidad que esto nos brinda, pero la sensación muchas veces es que cada vez estamos menos conectados, con nosotrxs mismxs y con lxs demás. La comodidad es muy atractiva, pero las dificultades muchas veces nos hacen crecer.
A veces es importante parar la pelota para observar nuestros comportamientos y nuestros hábitos para poder elegirlos. Elegir incluso nuestras propias obstrucciones, cómo esas que adoptan, por ejemplo, los que van a escalar una montaña. Esas dificultades que nos conectan con algo que trasciende nuestra individualidad y nuestra soledad, y, en este caso, nos acercan a esa tribu de humanxs que desde tiempos inmemoriales tratan de ver el mundo desde otro lugar y están dispuestos a hacer el esfuerzo necesario para lograrlo. A trabajar para escalar la montaña y llegar a la cima.