🏙️Vivir en la ciudad es vivir rodeado de ruido. Vivo cerca de una cancha de fútbol y, cada vez que hay partido, se exacerba el ruido en la calle, entre los gritos de los hinchas, los petardos y los autos tocando bocina sin parar por el tránsito que genera ese acontecimiento. El hecho de que esto pase regularmente hace que no le preste mucha atención, que realmente no me moleste tanto, pero sí noto cuando, de repente, ese ruido desaparece. Mis sentidos estaban siendo sobreestimulados, y ahora siento que percibo con más precisión las cosas a mi alrededor.
🤯 El ruido causado por un exceso de estímulos no nos deja percibir con tanta claridad. Lo mismo sucede en nuestra cabeza con los pensamientos. La mente tiene la capacidad de generar, ella misma, una cantidad de ruido interesante. Puede ser al recordar eventos pasados, imaginar cosas que pueden pasar o ideas que van dando vueltas por la cabeza. Muchas veces ni les prestamos atención, es ruido que está ahí, presente, que no nos permite ver con claridad. Ni hablar cuando sumamos otro tipo de estímulos, como cualquiera que pueda surgir de estar mirando pantallas.
🎯 Darle cada tanto a la mente una pausa de ese ruido nos permite tornarnos más sensibles y tener una mayor capacidad de percepción. En nuestra escuela lo entrenamos todo el tiempo, y una de las herramientas que utilizamos son las técnicas de concentración, que mejoran la capacidad de enfocarse en algo. De hacer que la mente tienda a generar menos pensamientos y dispersiones. De parar un poco el multitasking mental difuso y desarrollar una concentración que nos dé más claridad
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