✏️ Hace unas semanas dejé caer el tema de los puntos de apoyo; lo dejé caer en estos mails, pero cotidianamente es un tema que traigo en las clases y que me gusta pensar y desmenuzar.
💎 Cuando entrenamos las técnicas corporales, y más específicamente cuando practicamos coreografía, buscamos que nuestros puntos de apoyo sean la menor cantidad posible y también los más sutiles que puedan ser. Es decir, si podemos elegir entre las palmas de las manos y las puntas de los dedos, intentaremos sobre las puntas de los dedos.
⚙️ ¿Y cómo se reconquista la estabilidad en cada nueva variante que vamos sumando? Primero cuatro puntos de apoyo: manos y pies; después dos, sólo manos; después sólo dedos de las manos. Y ante cada variante, un proceso de recobrar la estabilidad, que implica entrenamiento físico, concentración, determinación y la flexibilidad de incorporar una posibilidad nueva, tal vez no vislumbrada hasta ese momento: sostenerse sobre la punta de los dedos.
🔥 Más de una vez me preguntaron ¿para qué sirve eso? Siempre me sorprendo ante esa inevitable necesidad de encontrar una utilidad para las cosas. Y en cierto punto pienso en lo fascinante que es que esa pregunta no tenga una respuesta evidente. Aun así, si consideramos que en general nuestro punto de apoyo son los pies y de repente estamos sobre las manos, y no sólo sobre las manos sino sobre la punta de los dedos, eso nos propone algo distinto a nivel neurológico. Ese frágil apoyo, al tornarse estable, es la conquista de una capacidad, ¿una capacidad necesaria? Quién sabe. Pero definitivamente sorprendente, creativa y que da lugar a otros puntos de vista.

👉🏽Fragmento del mail semanal escrito por @gagliardinil y foto del 🎥 video de la increíble coreo de la Profesora @yaelbarcesat donde se pone en cuerpo lo que relata nuestro post.
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