👀 Antes de hacer algo, hay un momento en el que tomamos una decisión: si queremos realizarlo o no. Al enfrentarse a una tarea, algunas personas se meten de lleno a realizarla; ya generaron un condicionamiento de realización que hace que esa decisión previa esté tomada. Otras pueden tomarse un tiempo dándole vueltas a la idea.
🧐 Si no generamos un condicionamiento para realizar algo específico, nuestro proceso de decisión va a pasar por los filtros mentales (¿tiene sentido hacerlo?) e incluso por los emocionales (¿quiero hacerlo?). Y, así como algunas veces está bueno tomarse un tiempo para pensar las cosas, otras veces la emoción no será la mejor vara con la cual medir la importancia de una tarea.
🙃 Cuando entrenamos concentración, hay un instante previo que puede lograr que nos apliquemos totalmente a la técnica o que la duda invada buena parte del tiempo utilizado .
✏️ En nuestra escuela entrenamos previamente para que ese momento sea el ideal. Estar con poca energía puede hacer que el plano emocional prevalezca ante el ejercicio; para eso practicamos técnicas que le den mucha vitalidad al cuerpo. Nuestra predisposición también puede afectar, así que predisponemos el cuerpo y la mente con técnicas de mentalización. Encaramos esta técnica de una manera placentera, sin represión. Así, con energía y buena predisposición, se genera un condicionamiento positivo para que la decisión de hacer la técnica sea cada vez más rápida.
🤓 Podemos aplicar esto a otros hábitos de la vida cotidiana. Identificar cuáles nos generan un primer momento de indecisión y modificar esto de la misma forma en que entrenamos la capacidad de concentración.
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